La boda de Belén y Richi en La Estación de Otero de Herreros

Belén y Richi se casaron una preciosa tarde de junio en la ermita de Nuestra Señora de la Adrada. Para su gran día, la novia confió en la diseñadora Alejandra Svarc. Ella consiguió captar la esencia de Belén, creando un vestido muy personal, a la vez que sencillo y algo urbano. Marieta Hairstyle se encargó de su peinado, una preciosa trenza adornada con estrellas y una luna de Suma Cruz. Para su maquillaje, contó con Mercedes Couceiro. Sus hermanas también se pusieron en manos de estas dos profesionales del estilismo. Su hermana mayor llevó un vestido de Hoss Intropia, su madre un diseño de Maruca García Paredes y su hermana menor un vestido hecho a medida en Vietnam. Para sus zapatos, acudió a la firma Flor de Asoka y escogió una sandalias en color verde agua, cómodas y minimalistas. Su ramo, fue obra de su propia hermana, quien a raíz de ese día ha arrancado con un nuevo proyecto floral con nombre Eme Artisan. El novio, por su parte llevó traje a medida de Hackett y reloj Seiko que le regalaron los padres de Belén en la pedida. Los gemelos eran del Capitán América como el resto de testigos.

 

 

 

   

 

Tras la ceremonia religiosa, novios e invitados se dirigieron a  La Estación de Otero de Herreros, una finca de estética industrial que enamoró a la pareja desde el minuto cero. Allí, Cristina & Co se encargó de la coordinación del evento así como de la decoración del espacio. Diseñó una preciosa mesa presidencial combinando peonías de color coral, velas y peceras de cristal. Para el resto de deco, las mesas imperiales de madera vista iban acompañadas con caminos de lino y hojas de eucalipto con velas y alguna pecera de peonías. El color azul invadió las mesas circulares ya que elegieron una mantelería celeste. El Seating Plan fue diseñado por los novios simulando un panel de llegadas de una estación de tren.

El Catering corrió a cargo de Artigot, se sirvió un largo cóctel con muchas estaciones de showcooking: arroces, jamón ibérico, croquetas, marisco, pinchos….  y un córner de mojitos y daiquiris. La recena, dispuesta por el mismo catering, consistió en hamburguesas y minipizzas, y chocolate con churros al amanecer.

En cuanto a la música, durante la ceremonia los invitados disfrutaron de un trío compuesto por cello, violín y piano, gestionado por Javier Morillas. El cóctel fue amenizado por Son Cremita, un grupo cubano que invitó a todo el mundo a bailar con su animada música. Y en la fiesta, High Volume Events se encargaron de sonorizar y animar a todos los invitados. La fotografía fue obra de Ana Encabo, como siempre, un trabajo de diez.

 

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