31 Mar La boda de David y Lucía en La Estación
Un 14 de junio, después de un concierto con amigas. Él había quedado también con sus amigos para tomar algo, y dos amigos en común hicieron que nos juntáramos en el mismo bar de Manuel Becerra. Nos tomamos unos vinitos y cenamos. A partir del día siguiente, empezamos a hablar a diario, y ¡hasta hoy!.
Así se conocieron Lucía y David. Y tras una pedida de mano rodeada de familiares y amigos, decidieron casarse un 08 de septiembre en La Estación. Sería una íntima ceremonia civil incluida en un completo fin de semana en el pueblo Otero de Herreros, donde pudieron disfrutar de todos sus invitados. Para su gran día, Lucía lo tenía claro: Sara de la firma Impúribus, había sido su profesora de diseño y confiaba plenamente en su gusto y profesionalidad. Según Lucía: «la creación del vestido ha sido lo más bonito de los preparativos»
Si le preguntamos a Sara, la diseñadora:
Para el momento de la ceremonia, Lucia llevó un vestido de crepe de líneas sencillas y un favorecedor escote en uve, con tirantes asimétricos y es que, sobre su hombro izquierdo, caían varias capas de volantes de organza de seda en forma de cascada, en blanco y rosa empolvado, aportando así un toque de movimiento y originalidad a la pulcritud de este diseño. .
Después nuestra novia quiso cambiar de estilo completamente y lució otro traje diseñado a media por Impúribus, por supuesto. Un look con mucho movimiento, realizado con flecos de cuquillo satinados, en un elegante color dorado. Un vestido desenfadado y divertido para disfrutar de la fiesta, cómoda, pero con mucho estilo.» Con un ligero escote en pico, unos tirantes finos y corte a media pierna, el estilo de los “locos años 20” marcaba este diseño femenino y fresco.
Para el primer vestido, Lucía eligió unas sandalias en rosa empolvado y tacón cuadrado. Para el vestido de flecos, unas sandalias joya con un tacón en forma de bola de cristal. Los tocados fueron de Luka Moon, 100% pensados y diseñados para ambos vestidos. El primero, inspirado en elementos naturales, movimiento y delicadeza. Por el contrario, el segundo era un tocado para divertirse, con pailettes en doble tono, y más estructurado, soñando más cerca de los años 20.
El ramo sabía que sería de Margarita se llama mi Amor, respetando los tonos del vestido, y tremendamente fino y elegante, sin restar protagonismo al volante del vestido. Los pendientes los encontró por casualidad, de la marca Acus Complementos , y se adaptaban perfectamente a las formas geométricas que buscaba como concepto. Llevó prestado un anillo de su madre, con cristal en tono turquesa, y una pulsera muy finita en oro que era de su abuela.
El novio eligió un traje de Hugo Boss en color azul noche, junto con tirantes y pajarita a juego. Los zapatos en color marrón, y los gemelos de latón en color dorado, hechos a medida por una artesana de Sevilla.
La ceremonia civil la ofició un amigo de David, todo resultó ser una sorpresa para los novios, preparado con el mayor cariño y emoción. Lucía llegó a la ceremonia al son de «No puedo quitar mis ojos de ti», allí se encontró con David y juntos recorrieron el pasillo hasta llegar al lugar donde los iban a casar.
Para el asesoramiento y coordinación de la boda, La Estación les facilitó la ayuda de de Cristina, de Cristina & Co. En cuanto a la decoración, los invitados querían que los detalles estuvieran muy cuidados y los materiales fueran lo más naturales posibles. Además, se decidieron por un cóctel más largo de lo habitual de la mano de Catering Artigot.
Las fotos de la boda fueron obra de The Creative Shot.
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