
12 Ene La boda sureña de María y Dani
María me enamoró en cuanto la ví en las redes de su fotógrafa Claudia Arcal. Ella escogió la firma Oh que luna para su gran día. Un precioso vestido con mangas acampanadas y bordadas, con espalda abierta y escote de pico.
Creo que fue amor a primera vista porque María me recuerda mucho a mi look de novia: mangas ligeras y acampanadas, pelo suelto, y una preciosa corona de flores. Su tocado era obra de Pepe Berrocal así como su ramo. Como complementos, llevaba su «algo azul «: una pulsera de su madre y su «algo prestado» unos increíbles pendientes de diamantes de su abuela. El makeup fue obra de The beauty spot.
El 30 de septiembre de 2016 María y Dani se dieron el sí quiero en una gran fiesta, más que en una boda. Me ha encantado la manera en que la novia me describe su concepto de esta celebración así que no puedo evitar un poco de «copiapega».
No tuvimos ceremonia religiosa, si no que hicimos una ceremonia simbólica que ofició mi mejor amiga. Mi canción de entrada fue la de Catch & Release y la salida fue la de High way to Hell the ACDC mientras mi abuela se santiguaba varias veces claro…. Mi mejor amiga nos pidió unos meses atrás que escribiéramos una carta dirigida al otro y que se la mandáramos a ella. El día de la boda nos regaló una caja de vino dentro de la cual había una botella, con dos copas y las dos cartas. La atamos con un lazo y nos dijo que la abriéramos en una ocasión especial, ya fuera para algo bueno o para solucionar algún bache…
La opinión que nos va llegando en general es que la gente no sintió que estaba en una boda, si no en una fiesta, ya desde el principio la gente se estaba tomando sus cervecitas, cuando yo llegue la gente brindaba. Eso era justo lo que queríamos, que todos nos sintiéramos absolutamente relajados.
La boda tuvo lugar en Trocadero Sotogrande con el mar de fondo por lo que me dice María que no prepararon ningún tipo de decoración extra ni photocall…y es que ¡Qué mejor fondo que el mar ! Como véis, no se trata de una boda al uso, María quería una auténtica fiesta y lo consiguieron. Llegó al lugar en un Mercedes SL600 descapotable, donde le esperaba su padre.
A mi las fotos me han enamorado y la propia María también; me cuenta que al día siguiente hasta lloró de pensar que su gran día se había acabado. Espero que estas tomas de Claudia Arcal Fotografía os gusten tanto como a mi 🙂
algonuevoalgoprestadoyalgoazul@gmail.com