Míriam es una perfecta muestra de buen gusto y elegancia; me enamoré de su boda en cuanto me la mandó. Eso sí, encontrar un momento para contar su historia, ha sido algo más complicado. Pero aquí estoy, deseando contaros su precioso gran día. Esta pareja se conoció durante sus estudios en la universidad CEU San Pablo de Madrid y un día, delante de la playa de Gijón, Jose Luis hizo la gran pregunta. El lugar elegido fue la iglesia de la Parroquia Mayor San Pedro de Gijón, una lugar precioso delante del mar. ¡Brutal! Para el día B, Míriam eligió a la diseñadora Valenzuela que confeccionó su vestido perfecto: corte clásico, botón joya en la espalda, larga cola y velo de tul. Un look atemporal y elegante a partes iguales. Julio Suárez se encargó de su peinado y Laura Gesto de su maquillaje. El ramo lo firmaba Doña Cúrcuma y la bata para los preparativos era de Ángeles Serrano. El chaqué de Jose Luis era de la firma Bon Vivant, así como el del padrino: la madrina lució un diseño de Rosa Carboné.
En la iglesia, la novia entró al son del Canon de Pachelbel y la ceremonia se cerró con la Salve Marinera, todo interpretado por el conjunto vocal e instrumental Te Deum. A la salida de la iglesia, les esperaba un grupo de gaiteros que interpretó la popular melodía Asturias Patria Querida. Los novios abandonaron el templo en un antiguo escarabajo descapotable con el que hicieron su entrada en el Palacio de la Riega, allí Nacho Manzano y su catering se ocuparon de la gastronomía. La decoración floral corrió a cargo de Doña Cúrcuma. Los novios regalaron una pulsera a todos los invitados e hicieron una donación a Cáritas. La sesión fotográfica es obra de JFK Imagen Social.
algonuevoalgoprestadoyalgoazul@gmail.com