

Mi hermana nunca ha sido una amante de las flores, a diferencia de mi. Por ello, pensar en una deco nupcial para ella fue todo un reto. Teníamos claro que nos basaríamos en el color verde, porque eso nos permitiría juntar distintos tipos de planta y darle calidez al ambiente con el mínimo número de flores. Para seguir, Isa es una amante del frío, así que cuando decidió casarse en enero, enseguida pensé en LA MIMOSA. Una flor muy pequeña, amarilla, que nos aportaría luz y color al conjunto de la decoración.
Este fue nuestro hilo conductor para todo: desde el ramo de mi hermana, que llevaba además una cinta bordada de Macalda hasta la decoración de la iglesia que se basó en tonos verdes, sin flor. Todo obra de Flores la Tartana. Y por último, la masía. Al elegir San Antonio de Poyo, un espacio con un extenso jardín, supimos que no sería necesario una gran inversión en flor. Continuamos con la idea de los verdes y la mimosa; y nos gustó mucho añadir limones al seating plan y los centros de mesa; no sólo por sumar a los tonos amarillos; sino porque el novio es murciano y nos pareció un bonito guiño.
Elegimos una mantelería verde para conseguir una conexión plena entre el jardín de la masía y el invernadero, lugar donde sería la comida. Para el cóctel, mi hermana se enamoró de unos manteles multicolor que nos propuso el equipo de Catering Cinco; que, la verdad, quedaron a la perfección en el exterior. Aportamos calidez a las mesas con el bajo plato de rafia y un minimal toque romántico con la porcelana Toile de Jouy, también en verdes. Los chicos de Flores la Tartana, fueron los encargados de toda la deco floral y nos propusieron añadir velones a los centros de mesa. La idea me encantó porque, al ser invierno, sobre las 17h la luz empezó a caer y la llama de las velas consiguió un ambiente mágico.
El último toque lo dimos con los meseros en tela de Mugga home; y sus servilleteros personalizados. Un toque diferente y original que muchos invitados agradecieron. Le pedimos a los chicos de Flores la Tartana que le pusieran bases portátiles a los centros de mesa, y así mi madre los pudo regalar a sus amigas al acabar la boda. En cuanto a la distribución de las mesas, mi hermana quiso sentarse con varias parejas de amigas; en una mesa cuadrada en el centro del salón. A derecha e izquierda, colocamos dos mesas imperiales con dos grandes grupos de amigos de los novios, y los demás en mesas circulares por todo el salón.
Fotos: Por parte de la novia.
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