La boda de Loreto y Arturo en Masía San Antonio de Poyo

Esta es la historia de mi boda, sin adornos. En estos tiempos celebrar una boda es apostar, es arriesgar, para nosotros ha sido una apuesta a caballo ganador, porque nos acompañaba la Virgen y porque en todo este tiempo, con los sufrimientos e incertidumbre hemos tenido la oportunidad de forjar bien los cimientos del que hoy es nuestro matrimonio.

 El 31 de octubre de 2019 le detectaron un cáncer de mama un poco peculiar a mi madre, podríamos haber decido posponer la boda hasta que mi madre finalizara el tratamiento, pero teníamos claro que nuestra vocación era el matrimonio y que íbamos a vivir las dificultades de ahora en adelante como pruebas de amor entre nosotros y de Dios hacia nosotros. Con el final del tratamiento de mi madre se anunció el confinamiento (justo esa semana), y se sucedieron varias semanas de incertidumbre, finalmente cancelamos la boda, la cambiamos de fecha, primero a julio y después al 11 de septiembre.  Dos semanas antes de la boda nos comunicaron que no se podría celebrar el 11 por la obligación de cerrar locales a la 1:00.  A los 5 minutos me llamó una de mis mejores amigas porque se había enterado de una cancelación en la Masía para el sábado 12 de septiembre de una boda a la que estaba invitada, cambiamos la fecha. El 12 de septiembre se celebra la festividad del dulce nombre de María, y para nosotros no ha sido casualidad el cambio de fecha, pensamos que la Virgen nos ha estado acompañando en todo este tiempo y en todas estas dificultades y había pensado en esta fecha para nosotros, como regalo.

Loreto y Arturo lo consiguieron. Se casaron. Para su gran día ella escogió a la diseñadora Marcela Mansergas. Crearon un vestido con escote y espalda en pico con un detalle de vainica, la tela era crepe de seda y corte al bies. Encima llevaba un abrigo de bambula; la espalda se abrochaba por detrás y combinaba súper bien con el pico de la espalda. Aunque no pensaba llevar ningún tipo de tocado, su abuela regaló un pasador el día anterior a la boda y se lo puso. Escogió unos zapatos de Miu Miu con tacón bajo y tonos plateados. La peinó el peluquero de su madre de toda la vida y Raúl de NARS se encargó de su maquillaje.  El ramo de novia fue obra de Flores La Tartana así como toda la decoración floral. Le añadió una cinta azul con la medalla de la Virgen de Loreto de Posdata Lola. 

El chaqué de Arturo se lo hizo Julio Berzosa, y llevaba unos gemelos de su abuelo de oro. Los niños llevaron conjuntos de Labubé en blanco y beige. La hermana de la novia vistió un diseño de Hervé Léger con capa de Alejandra Monzó. 

Tras la ceremonia novios e invitados se dirigieron a Masía San Antonio de Poyo donde Catering Cinco se encargó de la comida, Flores la Tartana de la decoración floral y trastología puso unas pérgolas para evitar el calor del sol.  Durante el cóctel, los invitados pudieron disfrutar de la música en directo de Sin Bikini, un grupo de flamenco pop que encantó. 

La entrada al banquete fue al son de Don’t Stop Me Now de Queen y el primer baile de los recién casados con Strangers in the night de Frank Sinatra. Audioprobe de encargó de la sonorización y del baile. Todo el reportaje fotográfico es obra de Foto L’Equip. 

         

 

 

  

     

  

 

     

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