La boda de Mónica y Adrián en el Pazo de Sergude

Todo empezó hace 6 años en un viaje de desconexión con mis amigas a Ourense. Por aquel entonces, no pasaba mi mejor época, pero quien diría que sería en ese momento cuando conocería a mi futuro marido. Qué cosas tiene la vida, ¿verdad?
Pues sí, pero no fue hasta seis meses después, en junio de 2014, cuando realmente empezamos a salir juntos. Adrián preparó una pedida muy especial y como debe ser, yo no me esperaba absolutamente nada.  ¿Por qué no sospechaba? Siempre le había comentado que me gustaría que mi pedida fuera en un sitio especial. Algo que poder contar a mis hijos. Creía que sería en uno de esos lugares idílicos de los viajes que hacemos. Justo el año de la pedida hicimos 3 viajes muy románticos que podrían encajar a la perfección. Sin embargo, Adrián preparó algo muy, muy, muy especial. La pedida fue en casa. Ni Ámsterdam, ni góndolas, ni atardecer en Santorini. Para él, el mejor sitio era en nuestro hogar. Y la verdad es que sí. ¿Qué mejor sitio que dónde compartimos nuestros sueños? Así de sencillo y sin fornituras, como es él. El anillo, era una réplica exacta de uno que vimos y del que me enamoré en nuestra visita a Gassan Diamonds. Él se puso en contacto con ellos y no podía ser más perfecto.
Una vez que se lo transmitimos a nuestra familia y amigos me puse manos a la obra con el vestido. Al final, después de muchas idas y venidas, Inuñez sería la seleccionada. Concretamente, Isabel sería quien haría el diseño que quería: elegante, minimalista y clásico. En cuanto a mis zapatos seleccionaría dos, las Tribute en nude de YSL y para la fiesta unas Castañer que me permitieron bailar toda la noche.
De mi maquillaje y peinado se encargó Moi Freire. Me hizo un semi recogido con el pelo ondulado. Muy elaborado, pero bastante sencillo y desenfadado de apariencia. En cuanto al maquillaje, en la misma línea de naturalidad.
El novio llevó un total look de Frank Novios y su reloj Tissot de pedida.

 

 

La ceremonia fue religiosa y no pudo ser más emotiva, cargada de momentos con los sentimientos a flor de piel. Mi momento más especial de la boda fue el camino hacia el altar, sin ninguna duda. Cada vez que lo recuerdo aún me pongo nerviosa. La música era otro pilar importante. En la Iglesia estuvo el grupo Cantarte. La soprano es extraordinaria. A la salida los gaiteros de la A.C. Malante.
Para las alianzas y las arras, unas cajas de cristal grabadas con la fecha del enlace y nuestros nombres que ahora uso para guardar pequeñas cosas. Los niños de arras teníamos claro que queríamos que fueran naturales. Junto con mis cuñadas escogimos el Atelier Las Arras de Lucía. Concretamente, el diseño Odette en verde menta con tocados y cestas a juego. Las esparteñas serían de Mi Gatito Pepo.
La decoración floral integral de todos los espacios fue obra de Ai Carmiña. Además de mi ramo de novia, el cual aparte de encantarme llevaba un lazo de grosgrain verde oscuro grabado con nuestras iniciales y “Sí, quiero” hecho por ellas. No podía ser más bonito.

 

 

El lugar dónde se celebró el banquete fue elegido por el vínculo familiar. El Pazo de Sergude tiene magia, de hecho, le llaman el Bosque Mágico. De la propuesta gastronómica de la boda se encargó Boketé Catering.  Los invitados pudieron disfrutar, en una carpa beduina, de un cóctel que constaba de una bañera llena de Estrella Galicia, una mesa de limonada, una pulpeira en directo y un cortador de jamón.
Nuestra Wedding Planner, Lorena de Huis Clos, fue la encargada de ayudarnos con absolutamente todo lo relacionado con planificación, decoración y coordinación.  Junto con Imprenta Pedragosa diseñamos toda la papelería. Desde las invitaciones de la boda hasta el seating plan, minutas, meseros, cartelería…todo en sintonía y al mínimo detalle. Además, personalizamos con caligrafía todos los sobres de las invitaciones de la boda con Better With Co.
Todas las fotografías fueron realizadas por Graciela Vilagudin. Los videógrafos de la boda fueron Lobos. No me canso de recomendarlos.

Durante el cóctel amenizaron Black Galicia, que también tocarían nuestro baile nupcial: una cover de “Stand by me”. Acompañando con su violín a Dani dj Animación Musical estuvo Raúl Márquez, que encantó a los invitados.
Junto con Lorena de Huis Clos decidimos contar con algunos extras como un fotomatón, que me hicieron un álbum personalizado con la papelería de la boda. Nosotros elegimos la cabina vintage. Y Lorena añadió un sofá y un neón, todo suyo, que ponía ‘Better together’. Montamos una mesa de diferentes tartas súper vistosas de Enza Di Piazza. Además, de un corner beauty ideal en la zona del baño para que todas las invitadas pudiesen retocarse en cualquier momento.

No dimos muchos regalos a los invitados. Pusimos una estación de puros y regalamos unas alpargatas florales preciosas a las mujeres. Preferimos donar la gran mayoría del dinero a la AECC. Lo hicimos mediante unas tarjetas que pusimos en las mesas junto con unas cartas personalizadas para cada persona. Esto es algo que da trabajo pero que merece muchísimo la pena.

 

 

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