05 Nov Como llegamos al «sí quiero».
Sois muchas las que me pedisteis que redactara este post, y la verdad es que no sabía cuando ni como empezarlo. Mi historia de amor con F. ha sido bastante larga y puedo presumir que también romántica 😉
Me presentaron a F. cuando apenas tenía 15 años, él acababa de cumplir 18 y nos conocimos a través de su hermana, que iba a mi clase. Es decir, un grupo de chicas que quedan con los amigos del hermano mayor de una de ellas, ¿un topicazo en toda regla, verdad?
Me presentaron a F. cuando apenas tenía 15 años, él acababa de cumplir 18 y nos conocimos a través de su hermana, que iba a mi clase. Es decir, un grupo de chicas que quedan con los amigos del hermano mayor de una de ellas, ¿un topicazo en toda regla, verdad?
No fue amor a primera vista, no. Esa tarde de junio nos conocimos, nos reímos y ya. Pero el grupo siguió quedando y nosotros entre ellos. Cuando llegó el verano, nuestra comunicación se vió obligada a pasar del entonces famoso Messenger, a las cartas escritas y al correo ordinario. Y se hizo la magia. El último día de verano, ya éramos C y F. 22 de septiembre de 2006.
Durante nueve años, hemos crecido juntos y superado mucho: selectivos, decisiones de futuro, universidades, primeros trabajos. Ahora, ya ha llegado el momento. Daremos el sí quiero el 24 de septiembre de 2016, tras diez años de relación.
Como muchas de vosotras e influenciada por tantas películas Disney, siempre me imaginé ante un hombre arrodillado, diciendo sí en un lugar idílico. Pero ese momento, no dependía de mí, sino de él y sería como él lo creara. Tras tantos años de relación, F. y yo ya habíamos hablado de nuestro futuro y de nuestra boda. Así que cuando empezamos a ganar algo de dinero, tuvimos claro nuestro siguiente paso.
Bueno, ¿y la pedida?
En realidad, nosotros nunca tuvimos un «sí quiero» oficial. Durante nuestra relación, he de deciros que F. me hizo muchas veces la gran pregunta: «¿te casarás conmigo?». Lo teníamos tan asumido que cuando empezamos a verlo posible, sobre marzo de este año, decidimos fijarlo en 2016. Pero, después de casi seis meses, yo seguía sin anillo. Parece ser que F. estuvo cinco de esos seis meses esperando al momento ideal. ¡Menuda paciencia! Yo no me habría podido aguantar 😉 El anillo llegó en septiembre, nuestro mes estrella, un poco antes de nuestro noveno aniversario. ¿Y el escenario?
F. aprovechó una visita familiar que hicimos en Madrid. Durante la mañana del domingo cogimos una barquita en el Parque del Retiro, cosa que a pesar de viajar cada año varias veces a Madrid nunca habíamos hecho. Cuando lo ví rebuscar en su abrigo, casi me da algo y cuando pronunció la frase «tengo algo para ti» no pude evitar romper a llorar. Ni siquiera pude ver el precioso solitario que me enseñaba…
En realidad, no fue una pedida, pues él no hizo la gran pregunta, y yo no pronuncié el «sí quiero». Fue más bien una declaración… un «voy a quererte siempre» hincando rodilla. Lo más gracioso es que, aunque ya estábamos prometidos, F. me confesó haber estado tooooda la mañana nerviosísimo y yo, no pude evitar llorar de emoción en ese momento. ¡No me puedo imaginar lo que supone para una novia a la que le pilla totalmente por sorpresa!
algonuevoalgoprestadoyalgoazul@gmail.com