Irene y Saúl fueron otra de las parejas afectadas por la situación COVID, tuvieron que retrasar un año su boda pero finalmente el gran día LLEGÓ. La ceremonia religiosa se ofició en la Basílica del Lledó, en Castellón, y la celebración fue en Mas de Lucía, uno de los espacios del catering Grupo Peñalén.
Para su vestido, la novia confió en la diseñadora María Penyarroja y en su firma Les Mains Atelier para que le confeccionara su vestido. Durante los preparativos llevó una bata de Brocken Basics, mientras tanto Miss Labios Rojos se encargaba de su maquillaje. Su ramo lo firmaba Bloomtuin y sus pendientes eran de Joyería Caro en Castellón. El novio llevó traje de Paco Roca.
Que sería una novia sin sus joyas. Estas suelen heredarse de tus padres o abuelo o comprarse de cero para empezar un legado. Las joyas de una boda no deben faltar junto con el esperado anillo.
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