La boda de Teresa y David

El día 01 de agosto de 2015, una turolense y un valenciano decidieron darse el sí quiero en la iglesia de San Pedro (Teruel). Teresa tenía claro que la diseñadora zaragozana Cruz Temprado sería la encargada de su vestido, la conoció a raíz de la boda de su hermano y desde entonces no tuvo duda alguna. Ella también se encargó de su velo y su precioso tocado. Sus zapatos estampados, Roberto Botella, fueron un regalo de su hermano y su cuñada. De su estilismo se encargaron Estilista Rivers (peluquería) y Begoña Valero (maquillaje). Como joyas, Teresa solo lució su anillo de pedida y unos pendientes con mucho significado, propiedad de su abuela. Su ramo fue obra de la floristería Jardín San Fernando.

 

  

David, por su parte, vistió un chaqué azul, obra del diseñador valenciano Julio Berzosa, y zapatos Hugo Boss. Sus gemelos, eran un regalo de sus suegros, unas estrellas mudéjar representativas de Teruel, ciudad natal de la novia. La madrina, escogió a la firma Patricia Avendaño.

 

 

La iglesia fue decorada por la floristería Jardín San Fernando, a base de lavanda y paniculata. Teresa buscaba máxima sencillez en las flores ya que quería darle mucho protagonismo a la iglesia. Además, los motivos que aparecían en sus invitaciones eran ramilletes de lavanda.

 

 

 

 

 

A continuación, todos los invitados acudieron al restaurante El Milagro. Allí decoraron miles de rinconcitos dedicados a los invitados. La verdad es que hacía tiempo que no veía unos novios ¡TAN DETALLISTAS!. Utilizaron iniciales de corcho de los nombres de los novios y un photocall obra de Visual Teruel que contaba con muebles antiguos simulando el salón de la abuela de la novia. Además, montaron una mesa que llamaron «Puesto de socorro» con tiritas, toallitas, ibuprofenos, omeprazol, caramelos, chicles y hasta antimosquitos…para que a sus amigos y familiares no les faltara de nada.

 

 

Para los regalos de los invitados, Teresa y David se decidieron por unas gafas de sol de la Asociación Española contra el cáncer. Fue una idea genial ya que todos los invitados se protegieron del sol y además resultó una obra benéfica. Además, repartieron unas narices de payaso de la Fundación Theodora y prepararon una mesa con chapas con mensajes. Otro rinconcito ofrecía zapatillas de esparto a las invitadas para que pudieran liberarse de los tacones y no dejar de bailar. Además, Teresa, que es muy detallista, escribió un mensaje de agradecimiento para cada uno de los invitados. Me ha hecho mucha gracia este detalle, pues yo hice algo muy similar en mi boda (lo podéis ver aquí) y sentí lo mismo que ella:

«he de reconocer que en muchos momentos me arrepentí de hacerlas mientras estaba escribiéndolas, pero ver la cara de la gente cuando leían sus dedicatorias hizo que el esfuerzo mereciese la pena»

Para el seating plan, utilizaron marcos, pintados a mano de distintos colores. Los nombres de las mesas eran monumentos de Guadix, Teruel, y Sagunto y lo decoraron con macetas de la abuela de la novia. Los novios no querían un libro de firmas convencional; así que pidieron a todos los invitados que se hicieran una foto con un folio en blanco que luego les sirvió para un montaje que el fotógrafo Rafael Palacio realizó con sus fotos preboda.

 

Para amenizar la fiesta contaron con el mago y violinista Germán Villar y por el Dj Salvador Millán, ambos de Valencia. Esto fue una sorpresa de los padres de Teresa y a todo el mundo le encantó, fue haciendo trucos de magia por las mesas durante la comida y tocó el violín mientras los novios entraba en el salón con la canción I love it de Icona Pop.

 

 

 

 

Me ha encantado esta boda tan única y detallista. Muchas gracias Teresa y David por compartir conmigo y mis lectores vuestro gran día. Todas las fotografías son obra de Rafael Palacios.

 

 

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