04 Nov Boda de Cris y Fer. La iglesia.
Volvemos de nuevo a la mañana del 24 de septiembre de 2016. Llegué a la Basílica San Vicente Ferrer en el coche de mi padre, acompañada por él, mi primo y el fotógrafo. Mi ramo y mi corona, como ya os dije, es de Flores La Tartana. De igual manera, la decoración de la iglesia corrió a cargo de Flores La Tartana. Ellos prepararon, a la entrada de la iglesia, unos cestos de mimbre con los programas de la ceremonia, abanicos para los invitados así como unos conos de papel kraft con hojas de olivo. Debo confesaros que tuvimos un pequeño percance pues el día anterior se había quedado todo preparado y con la gran tormenta que cayó algunas cosas se mojaron. Pero bueno, como sabéis, siempre hay imprevistos pero hay que seguir sonriendo.
Decidimos decorar el pasillo con guirnaldas verdes que colgaran de los laterales de los bancos. Sobre el suelo, dejaron unos cilindros de cristal con velas en el interior. El efecto fue chulísimo. Yo quería algo muy sencillo… tan minimalista que decidí prescindir de las flores en los bancos. En el altar, sí que pusimos algo de flor, una selección muy similar a la de mi corona y a la de mi ramo. Me encanta el detalle de que cubrieran el pie del soporte con ramas de olivo. Bravo por La Tartana 😉
La iglesia estaba llena. Mi hermana, que formaba parte de las personas que entraban antes del novio, salió después a buscarme para colocar bien mi cola. Entró ella con mi primo, seguida de los hermanos de Fer, y la madre de la novia y el padre del novio.
Fer ya había hecho la entrada junto a su madre y mi padre y yo estábamos listos. En cuanto empecé a oir las primeras notas del Magnificat de J.S.Bach, interpretado por mi querido Coro Universitario Sant Yago, me sentí más nerviosa que nunca. Como ya os conté en Cuando fuí la novia, sentí tal cúmulo de emociones que mis ojos empezaron a lagrimear. Fue una cosa extraña, sonrisa sin límites, lágrimas también… No podía evitar llorar, tantas personas allí para compartir nuestro día, mirándome con esa alegría y cariño. Y Fer…al final de la iglesia, esperándome. ¡MENUDO MOMENTAZO!
La ceremonia fue íntima y cercana. La música de mi coro, de mis amigos, fue la guinda del pastel. No pude evitar soltar alguna lagrimilla más, hubo tantos momentos emotivos… No sé muy bien como resumiros ese momento: miradas, cariño, música, familia… Os dejo unas cuantas fotos que serán mejor que cualquier resumen. Para el momento de la salida, el coro también nos acompañó, formaron un pasillo al final de la iglesia y cantaron una preciosa melodía noruega para despedirnos. Mi alegría era evidente, solo tenéis que verme la cara 🙂
Todas las fotos son obra de Leticia Campos y Álvaro Órtiz.
Gracias por compartir conmigo este gran día. Muy pronto os mostraré el resto de la boda en la maravillosa Masía Aldamar .
algonuevoalgoprestadoyalgoazul@gmail.com